Verena Jenny: The Jumping Dot - página 6







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" Wasn't it interesting outside the book? "Oh, yes it was", answered the small black dot and told his whole story about his journey. The time was passing and every little black dot in the book knew the story of the jumping dot.

A small neighbour dot suddenly said: "You think we all could leave the book one day?"

"It depends on the flies." answered the dog-dot.

"Oh no," said the small jumping dot, "it depends only of the thought about the possibility, think about it and you will feel all these jumping balls inside your stomach which make you able to jump." Just in that moment a strong wind blew through the fireplace inside the room.
He opened the book quickly side by side and covered it with a coat of ash. The news about jumping out had reached every dot in the book. It was amazing, every dot felt all these exciting little balls inside of itself and no one could resist the feeling to jump.

Again the wind blew through the fireplace and carried all small black dots outside into the wide evening sky. The little white dog barked as loud as he could to tell everybody what mysterious thing was happening with the book.

"No estaba interesante ahí fuera?" "Si, lo era", respondió el puntito negro y contó la historía de su viaje. El tiempo pasó y finalmente todos los puntos en el libro conocieron la historía del punto saltador.

De repente un punto vecino preguntó: "Crees que un día podemos salir todos del libro?"

"Depende de las moscas", respondió el punto del perro.

"Que va", dijo el punto saltador, todo depende únicamente del pensamiento de poder saltar. Piensátelo bien y sentirás todas las bolas que bailan en tu barriga que de repente de hacen saltar." Justo en este momento el viento comenzó a soplar por la chimenea en el cuarto, daba vuelta a las páginas y lo cubría con una capa de ceniza. Las noticias sobre el salto fuera del libro había ya llegado a todos los puntos del libro. Era sorprendente. Cada punto sentía en su interior las bolas exitantes y ninguno podía resistir a su deseo de saltar. Otra vez el viento sopló por la ventana y llevó todos los puntitos negros fuera al cielo nocturno. El perro blanco ladraba tan fuerte como podía para advertir a alguien de las cosas maravillosas que pasaban con el lilbro.






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